En las mismas fechas en que el año pasado fueron desaparecidos y luego encontrados asesinados dos dirigentes indígenas hondureños, el indígena Tolupán EFRAÍN MARTINEZ y el dirigente indígena Pech, SANTOS FELIPE ESCOBAR, este sábado 26 de diciembre de 2020, fue vilmente asesinado en su casa de habitación y en presencia de sus hijos e hijas, el líder indígena lenca FÉLIX VÁSQUEZ, en el Departamento de La Paz.
El crimen ocurrió en su domicilio en la aldea de El Ocotal del Municipio de Santiago Puringla, en el Departamento de La Paz, entre las 8:00 y 9:00 de la noche, momento en el que cuatro hombres vestidos de pantalones moteados, camisas negras y pasamontañas cubriendo sus rostros, entraron a la casa de Félix y le dispararon con armas de fuego, amenazaron a su familia y golpearon a uno de sus hijos.
A la fecha de su brutal asesinato Félix Vásquez ostentaba merecidamente el cargo de Secretario General de la Unión de Trabajadores del Campo, UTC, en el Departamento de La Paz y como tal, coordinaba actividades relacionadas con la defensa del derecho a la tierra y a la alimentación en las comunidades indígenas rurales de su departamento. Durante el presente año había participado muy de cerca en el acompañamiento de las acciones de resistencia de la Base Campesina “Nueva Esperanza”, ubicada entre los municipios de Santiago Puringla y Santa María, misma que él había impulsado su fundación y la cual ha sido objeto del hostigamiento durante este año por parte de un terrateniente que reclama la propiedad de las tierras cultivadas por la Base Campesina. Tierras que se encuentran en proceso de legalización por parte del Instituto Nacional Agrario, INA.
Aparte de ser un destacado dirigente campesino, Félix Vásquez fue un reconocido defensor de los derechos ancestrales del pueblo indígena Lenca, que constituye alrededor del 90% de la población del Departamento de La Paz. Su postura comprometida frente a la depredación de los bosques por parte de los madereros autorizados por el gobierno, incomodó a éstos y a quienes se benefician de tales negocios, que no sólo destruyen los bosques y sus ecosistemas, sino que, afectan las fuentes de agua, vitales para la población indígena.
Igual incomodidad provocaba la postura firme de Félix frente al concesionamiento de los ríos en territorio lenca, para la construcción de represas hidroeléctricas sin importar el daño que ocasionan a los intereses comunes de la población indígena. La acción criminal del gobierno en contra del pueblo, al enajenar bienes que no puede alienar sin el consentimiento de las poblaciones afectadas, de acuerdo con el Convenio 169 firmado por el Estado de Honduras, constituye una agresión permanente en contra de estos pueblos originarios, a quienes los gobiernos están obligados a proteger.
El asesinato de FÉLIX VÁSQUEZ, es una de las consecuencias de esas agresiones que sufren estos pueblos por parte de los gobernantes. ACI PARTICIPA exige al régimen actual, una respuesta pronta y efectiva, al estado de indefensión en que se encuentran los pueblos originarios de Honduras, frente a los terratenientes y a las empresas de capital privado nacional o extranjero beneficiadas con concesiones para explotar los bienes que por derecho les pertenecen a dichos pueblos como son: el agua, el aire, los bosques, la tierra y el territorio. El asesinato de FÉLIX VÁSQUEZ no debe quedar en la impunidad como los demás perpetrados contra los defensores de los derechos humanos, por lo tanto, exige respuestas inmediatas que signifiquen la condena que la ley establece en tales crímenes para los autores materiales del asesinato; pero, de manera especial, para los autores intelectuales, que se supone que hay, pues para la familia y la población indígena y campesina, no hay duda que quienes le quitaron la vida, son sicarios.
Tegucigalpa MDC, 27 de diciembre de 2020
