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Migración de la juventud hondureña

Migración de la juventud hondureña

EL 60% DE LOS JÓVENES HONDUREÑOS MIGRARÍAN SEGÚN ENCUESTA DE INVESTIGACIÓN SOBRE LA REALIDAD DE LA MIGRACIÓN REALIZADO POR LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA (UCR).

La migración es uno de los fenómenos más complejos y latentes de las realidades latinoamericanas en las últimas décadas. No porque se trate de un fenómeno nuevo; siendo un factor histórico determinante en la constitución del “género humano” desde sus orígenes. Sino al representar, particularmente en Centroamérica, una “necesidad” forzada producto de la violencia, la desigualdad económica-social y la poca capacidad que los Estados han tenido para garantizar las condiciones de dignidad para las y los ciudadanos.

Este problema fue abordado en la investigación del Dr. Carlos Sandoval García, Centroamérica Desgarrada, expuesta el pasado martes 13 de marzo de 2018 en la Universidad de Costa Rica (UCR). El estudio, tomando como referencia núcleos urbanos, aplicó 300 encuestas en cinco barrios y colonias empobrecidas de las capitales centroamericanas, buscando identificar y evaluar las visiones y expectativas de jóvenes.

Según la investigación, los factores determinantes de que un 49% de los jóvenes en Centroamérica estén dispuestos a migrar, son: la desigualdad socioeconómica, el acceso limitado a instituciones educativas y, principalmente, incapacidad que han tenido los Estados centroamericanos por consolidar la paz, manifiesta en el crimen organizado y las maras.
Los datos más relevantes se dan en el San Salvador, El Salvador (Popotlán) y Tegucigalpa, Honduras (Nueva Capital), donde 76% y 60% de los jóvenes, respectivamente, consideran la migración como salida a la situación de crisis que sufren producto de la anomía social y la falta de oportunidades económicas e institucionales.

Este esfuerzo académico confronta las consideraciones de los jóvenes con respecto a las condiciones de sus países: con 62% Guatemala encabeza las percepciones de “injusticia”, seguido de El Salvador con un 64% y Honduras con un 51%. Revela, además, la credibilidad supuesta a las instituciones sociales de los Estados, donde las oficinas de gobierno (1.3%), sindicatos (0.3%) y diputados (0.7%) se encuentran por debajo de la familia (87.8%), amigos (49.8%) e iglesias (30.6%) como referentes de apoyo para una mejor vida.

Los resultados exploratorios de esta investigación deben plantear las siguientes preguntas: ¿cuáles son las causas estructurales que permiten y legitiman estas realidades? ¿Qué esfuerzos deben asumirse para contrarrestar una situación tan grave, donde los jóvenes son los más expuestos? ¿Cómo violenta estas condiciones la posibilidad de migración, ya no pensada como derecho humano, sino como “obligación” ante la pobreza y la violencia?


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